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El ‘código’ de Miguel Ángel: ¿escondió el artista florentino un tratado médico en sus obras?

Un nuevo estudio de la Universidad de París-Saclay plantea que en la escena de ‘El Diluvio’ de los frescos de la Capilla Sixtina aparece una mujer con signos de cáncer de mama Para lograr el nivel de perfección anatómica alcanzado por Michelangelo Buonarroti en sus obras, como los frescos de la Capilla Sixtina, se necesita un gran talento artístico. Pero no basta si no se apoya en un profundo conocimiento de anatomía. Y además de usar modelos, lo habitual en los artistas, Miguel Ángel tuvo otra fuente más inusual: sus disecciones de cadáveres. Aunque no llegó a publicar el tratado de anatomía que tuvo en mente, quizá en cierto modo sí lo hizo; varios estudios han querido ver en sus obras la representación de enfermedades y de lecciones de anatomía camufladas, todo ello con un supuesto simbolismo. En un estudio reciente, un equipo de investigadores europeos dirigido por Rafaella Bianucci, de la Universidad de París-Saclay, propone que la escena de El Diluvio de los frescos de la Capilla Sixtina muestra a una mujer con signos de cáncer de mama en su pecho derecho: un pezón deformado y retraído, areola deformada, una zona abultada y posibles nódulos en la axila. Según escriben Bianucci y sus colaboradores en la revista The Breast, estos son “rasgos patológicos que recuerdan al actual carcinoma de mama”. El equipo que dirige Bianucci incluye expertos en historia del arte, medicina, genética y patología que se han especializado en la llamada iconodiagnosis, el diagnóstico de enfermedades en figuras representadas en obras de arte. Previamente, los investigadores han publicado una serie de directrices y recomendaciones como metodología rigurosa y precisa que permite llegar a un nivel de evidencia para estos diagnósticos: desde el IV, “imposible”, hasta el I, “cierto o casi cierto”. Fuente: El ‘código’ de Miguel Ángel: ¿escondió el artista florentino un tratado médico en sus obras? | Salud y bienestar | EL PAÍS

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Ni museos ni galerías: dos colectivos de arte en Bogotá triunfan en un edificio abandonado y en casas por demoler

La exposición Null en la vieja sede Telecom y la nueva sede del proyecto LaVamoATumbá llaman la atención de un público joven que busca espacios no convencionales de arte. William Contreras enciende el interruptor de una de las oficinas del piso seis del abandonado edificio de Telecom en el centro de Bogotá y, de repente, lo que parece ser una habitación en la que olvidaron viejos trozos de puertas y ventanas se convierte en una obra de arte. La intervención se llama División de sistematización y está hecha con luces de neón de color azul y partes originales de la edificación, algunas de ellas con los logos de la extinta empresa estatal de telecomunicaciones. Esta fue una de las 38 piezas de Null, una exposición en la que una veintena de artistas dieron rienda suelta a crear, inspirados en la historia de un edificio en desuso desde 2003. “La ruina es hermosa y los espacios abandonados siempre han sido interesantes”, afirma Contreras quien, tras haber expuesto en museos y galerías, dice que ha disfrutado más de ver a los artistas explorar en espacios no convencionales. “Estamos un poco agotados de pensar que tiene que haber un cubo blanco, una galería, un espacio tradicional para hacer y exhibir arte”, agrega el cocurador de Null. Unos 10 kilómetros más al norte, en el barrio antes conocido como Antiguo Country y cada vez más llamado El Virrey por un parque vecino, algo similar dice el artista Jesús Bedoya. Más conocido como Chucho Candela, es el director de LaVamoATumbá. En la Autopista Norte con calle 87, alquiló con su socio Hernán Jiménez una casa de dos pisos que antes funcionaba como sede de un centro de salud, la intervinieron con más de 130 artistas y la abrieron al público. Allí estarán hasta abril, cuando la devolverán a los propietarios para que la demuelan. “Quisimos crear un espacio que estuviera entre esas grietas del museo, la galería y la calle. Es un punto intermedio que genera una nueva forma de ver y entender el arte”, afirma Candela, que lleva 10 años con este proyecto. Fuente: Ni museos ni galerías: dos colectivos de arte en Bogotá triunfan en un edificio abandonado y en casas por demoler | EL PAÍS América Colombia

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Paco Montañés: el dibujo es el verbo

Jaén reconoce el talento de uno de sus mejores artistas, reconocido en Europa como uno de los grandes pintores de su generación El dibujo es el suelo, la madre, el origen; el dibujo es el verbo sobre el que se edifica la pintura, y por eso su dominio, su maestría es condición irrenunciable para convertir la imagen en arte, que es la palabra sagrada que todo verdadero pintor anhela conseguir. Paco Montañés, el pintor de Alcalá la Real, es uno de los artistas españoles más reconocidos de su generación. Es un artista porque ha convertido la pintura en una gramática de altísima intensidad. Es un pintor porque domina el dibujo como un maestro. Por ese orden. Montañés, heredero indirecto del célebre escultor alcalaíno que hizo fortuna en la Sevilla del XVII, expone estos días su obra en la Antigua Escuela de Magisterio de Jaén, el centro cultural más importante de la Universidad de Jaén. La muestra lleva por título ‘La naturalidad en el dibujo’ y está comisariada por el catedrático de Historia del Arte, Pedro Galera Andreu, otro de los grandes maestros de la teoría artística española. Galera dice: «Al contemplar la obra del artista alcalaíno captamos de inmediato la energía de la figura en el trazo limpio y firme del dibujo, que emerge desde un fondo nebuloso y magmático como una aparición». Lo que el catedrático quiere decir es que la solidez es el dibujo y que por encima de él se abre la pintura que es otro estadio que Montañés como consecuencia de su magistral dominio del primero. «La serie de dibujos de la exposición —insiste Galera— es el largo caleidoscopio de la existencia humana, comenzando por la clásica reflexión de las ‘edades del hombre’, de la infancia a la vejez, y siguiendo por la diferencia de sexos, países y culturas». Dicho de otro modo: «En cada uno de ellos late la vida, la emoción con que fueron concebidos al calor del recuerdo y la evocación de lo vivido». Y esto es importante porque lo que Galera quiere subrayar a propósito de la obra de Montañés es que el amor por el arte y la maestría frente al dibujo y la pintura son insuficientes si el artista no tiene un apego absoluto por la vida, por lo bueno y malo que acarrea su disfrute o padecimiento, por la experiencia y los años, si lo prefieren. La exposición ‘La naturalidad en el dibujo’ fue un empeño de la vicerrectora de Cultura de la Universidad de Jaén, la filóloga Marta Torres. La muestra, que estará abierta hasta el 10 de enero del próximo año, exhibe cincuenta y cuatro obras del artista alcalaíno, dibujos en distintas técnicas donde vira de la ortodoxia barroca reinterpretada en nuestros días a la heterodoxia del trazo provocador y el argumento explícito. Esa facilidad de unir ambos extremos es solo posible en artistas de mirada horizontal, solo en aquellos que con apenas diez años entraron solos una mañana de 1990 al Museo del Prado para ver a una niña rodeada de otras jóvenes, un par de amigos, un perro y un pintor que pintaba al lado suyo. Fuente: Paco Montañés: el dibujo es el verbo | Andalucía

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